A pesar de las múltiples campañas y de los recursos empleados no se ha podido convertir los campos dedicados a las plantaciones de droga en campos para una agricultura sostenible de los campesinos que se han adherido a dichos planes. Éstos han sido un fracaso a la larga. Hay que ir pensando que con el proceso evolutivo de la humanidad, la globalización, la sociedad mundializada, la información y la generalización de un mercado de costes cada vez más competitivos, el mercado de la droga no puede seguir con patrones de conducta caprichosos.