La información está circulando como una mercancía, no según las leyes de la información, sino según las leyes de la oferta y la demanda y para mejor funcionar están cambiando su naturaleza y se están adaptando para venderse mejor, se adaptan a las leyes retóricas, no de la información, sino las dominantes de la esfera de la cultura de masas. Hasta ahora podríamos pensar que el mecanismo económico de la información consiste en vender información a los ciudadanos. Pero, cada vez más, el negocio consiste en vender ciudadanos a los anunciantes.